Entrevista a JOSÉ Mª GAY DE LIÉBANA
JOSÉ Mª GAY DE LIÉBANA. Profesor titular de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad de Barcelona. Doctor en Ciencias Económicas y en Derecho.
Es uno de los economistas más mediáticos del momento. Combina su labor de profesor de Economía Financiera y Contabilidad en la Universidad de Barcelona con su participación en programas de televisión y colaboraciones en numerosos diarios. Ha sido popularmente bautizado como el catedrático del sentido común o el economista indignado. José Mª Gay de Liébana es el ponente invitado al XIV Encuentro Empresarial organizado por la AEI Bajo/Baix Cinca. En su conferencia, titulada “Entender cómo está el mundo para invertir en ideas de éxito”, dibuja el panorama macroeconómico a nivel mundial, para después descender al territorio y aportar experiencias e ideas útiles al empresario de nuestra comarca.
ENTREVISTA
¿Cómo está el mundo desde el punto de vista de la economía?
Está de aquella manera, con alguna que otra tensión e incertidumbre… Tenemos el macromundo americano, el chino… Luego tenemos a Europa, que se va moviendo a trompicones; parece que la Eurozona se revitaliza, pero a un ritmo lento, con una cierta timidez. Tenemos un Euro fuerte, lo cual es bueno, pero también es negativo para las exportaciones. El mundo está, sobre todo, sometido a tanta y tanta incertidumbre. No sabemos qué va a pasar dentro de un rato. Sabemos cómo estamos ahora y me imagino que mañana por la tarde estaremos todos bien, pero hay que llegar a mañana por la tarde. Y luego tenemos que llegar al lunes.
¿Qué tiene que ver la macroeconomía con la economía de un territorio como el nuestro, el Bajo Cinca?
Se trata de repasar no únicamente como está el mundo económicamente hablando, sino también de analizar empresas que tiran hacia adelante: qué es lo que hacen, cómo lo hacen, de qué manera, por qué son los líderes… Y también darnos cuenta de que, sobre todo en el mundo de la pequeña y mediana empresa, de la empresa familia, también estamos viviendo encrucijadas: estamos con la transformación digital, una presión fiscal demasiado fuerte, se han vivido momentos de endeudamiento muy importantes… Y ahora es el momento en que, cuando uno se plantea qué quiere ser de mayor, tiene que pensar si amplia el mercado, cómo lo amplía, en qué tiene que invertir, cómo tiene que adaptarse a los nuevos tiempos, cómo se tiene que acercar al consumidor, la importancia que tiene el comercio online… Y todo esto, al final, es para conseguir una empresa mejor, más resistente, más fuerte. En este encuentro con empresarios del Bajo Cinca también se trata de hablar de este sector tan importante como es el agroalimentario, donde España está demostrando una capacidad de reacción tremenda. El mundo de las exportaciones se está abriendo paso con un ritmo muy fuerte por parte de nuestras empresas agroalimentarias.
¿Es importante, para un pequeño o mediano empresario, conocer cómo está la situación económica en su país o en el mundo para tener éxito en su negocio?
Sí, porque hoy el mundo está muy globalizado y cualquier cosa que ocurre en Asia, no solo en China, sino en cualquier confín del mundo, nos acaba afectando. Es muy interesante que los empresarios tengan una idea sobre cómo están las cosas, cómo evolucionan los países. Uno de los temas que siempre comento en mis ponencias es cuál es el volumen del PIB de los grandes países, porque muchas veces hablamos de porcentajes de crecimiento del 2 o del 4 %, pero no tenemos ni idea de cuál es el volumen de la economía. Es positivo analizar cuáles son las grandes potencias, saber qué lugar ocupa España en el concierto internacional y conocer nuestra economía: al margen de si crece al 2 o al 3 %, cuál es su tamaño, en qué está basado el impulso de nuestra economía, qué gastan las familias y cómo lo gastan, qué salarios tenemos; la situación del paro, por qué tenemos tanto paro y, en cambio, otros países no tienen tasas tan elevadas como las nuestras. Es necesario que el empresario conozca todo esto, porque, de lo contrario, en mi opinión incurre en un problema: se limita solo a su empresa y no sale del ámbito de su empresa. Y yo creo que es importante estar, conocer, pulsar cómo está el mundo, para luego saber en qué medida esto te afecta y cómo tienes que reaccionar.
¿Qué pueden aprender los empresarios de Fraga y comarca de conferencias como la suya?
No se trata tanto de dar consejos como de aportar ideas. El papel de personas como yo, que estamos constantemente devorando la actualidad, estudiando, entendiendo, dando clases, etc., es trasladar nuestras inquietudes y explicar lo que estamos viendo a los empresarios, porque los empresarios son, en definitiva, el motor de la economía. Empresa a empresa, empresa a empresa, se consiguen unas economías potentes. La empresa pequeña, mediana, la empresa familiar, es la que va marcando el paso. Mi papel es explicarles cómo están las cosas. Yo creo que el empresario no tiene el protagonismo que debiera en nuestra economía, seguramente por su propia culpa. No me refiero a los empresarios de Fraga, sino en general: las patronales tendrían que ser mucho más fuertes frente al Gobierno y el poder político, para marcar el camino que debemos tomar, para posicionarse con carácter.
¿Qué retos tienen por delante las pequeñas y medianas empresas familiares?
Esta es la disyuntiva a la que muchas empresas están enfrentándose en el día de hoy, aquello de qué quiero ser de mayor. Lo primero que hay que tener claro es una serie de objetivos: hacia dónde queremos ir, cómo, de qué manera… Y luego hay que transformar la empresas. Las empresas, todas en general, tienen un toque clásico. En el sector agroalimentario y en el mundo de la empresa familiar veo que se empieza a plantear ese relevo generacional o esa situación en la que conviven dos generaciones: está el padre, en una fase de madurez, y se incorpora el hijo, y entra con unas ideas revolucionarias. Y es ahí donde se produce el choque, pero también ahí surge la oportunidad de obtener un magnífico producto si se consigue aunar lo mejor de uno y del otro: por un lado, el carácter, la innovación, el empuje, la modernización, el hacer cosas nuevas, y por el otro, la experiencia, la madurez. Entre la frescura de uno y la experiencia de otro, se pueden conseguir grandes cosas.
En una zona tan próxima a Cataluña como la nuestra, es obligado hablar de la actualidad: ¿cómo puede afectar la situación política catalana a la economía de nuestra comarca?
Están saliendo beneficiados, tremendamente. Yo creo que, lamentablemente, es una tema que se ha pifiado, sobre todo, por parte de la clase política, pero también de la gente que se ha dejado tomar el pelo. Se les ha vendido la tierra prometida, y ya hemos visto qué ha ocurrido. Yo llevo tiempo advirtiendo, sobre todo cuando hablo en términos económicos generales, del crecimiento de la economía aragonesa. Hay algunos detalles, como el mayor paro que puede haber en Cataluña, que es mayor empleo en Aragón. La economía aragonesa está creciendo por el sector industrial y Cataluña va perdiendo protagonismo por el sector industrial. Yo, que me muevo con mucha frecuencia por estas tierras, voy viendo el impacto que Aragón va teniendo, cada vez más, dentro de la economía catalana. Las tierras próximas a Cataluña han salido beneficiadas. Hasta el punto de que, cuando hubo riesgo de corralito, se produjo una fuga de depósitos y la gente fue con el dinero a Fraga, precisamente. Esto es malo para Cataluña, es bueno para Aragón. En definitiva, esto demuestra la relación de vasos comunicantes que existe entre ambas comunidades y la influencia tremenda tanto de Cataluña en Aragón como de Aragón en Cataluña. Vamos a confiar en el futuro, en que las cosas se arreglen y desear lo mejor para Aragón y para Cataluña.
Entrevista realizada por Lucía Aresté. Transcripción y edición: Lina Camí.
Entrevista publicada en La Intersectorial Informa nº 29, de noviembre 2017.